Uber consigue finalmente cerrar la negociación para la entrada en su capital de la japonesa SoftBank, una toma del 17.5% llevada a cabo por la propia SoftBank y otros inversores, pero que pasa a valorar la compañía en torno a los 48,000 millones de dólares, un 30% que la valoración anterior, cifrada en 67,500 millones.
Tras la salida forzada de Travis Kalanick de la compañía, impulsada por sus inversores de referencia, parece interesante reflexionar sobre el precio derivado de tomar atajos o de considerarse por encima de la ley: Uber no incumplió la ley por pretender competir con su competencia directa, sino por otro tipo de cuestiones, que van desde el acoso sexual al desarrollo de rutinas destinadas a esquivar la supervisión de sus actividades.
Alimentar una cultura empresarial en la que todos los directivos de la compañía se consideraban habilitados a hacer lo que fuese y a buscar todo tipo de atajos para llegar a un fin es algo que, como tal, sí tiene un precio. De hecho, todos los inversores en Uber saben perfectamente que la compañía nunca valdrá lo que dice valer – ni un tercio menos de esa cantidad – si continúa operando como lo hace actualmente. De hecho, muchos de los usuarios que hablaban maravillas de la relación calidad/precio de Uber ahora comentan, en su lugar, que el precio se ha encarecido, que la actitud de los conductores ya no es la que era.
Por: Enrique Dans – (MBA), IE Business School, Blogger de Tecnología
Para más información, hacé click acá.