
Se llaman filtros o barreras a las interferencias que producen una distorsión entre la idea que quiere transmitir el emisor con su mensaje y la idea que realmente recibe el receptor.
Estas barreras afectan tanto a la codificación del mensaje, llamadas barreras de personalidad, como a cuando se decodifica el mismo, correspondiendo a las barreras de percepción.
Lo que ocurre, es que el individuo puede percibir e interpretar el mismo mensaje de diferentes maneras.
Por ejemplo, el nivel de educación, la cultura, los conocimientos y las experiencias son factores que influyen la percepción. También afectan las comunicaciones, la personalidad y los intereses, los gustos y preferencias, la actitud, los prejuicios, los modelos mentales, sus expectativas sobre el mensaje y el estado emocional.
La gente tiende a escuchar cuidadosamente en temas de su interés y no prestar atención a temas no familiares o le resultan aburridos.
Los individuos que tienen emociones fuertes como miedos, odios o pasión, tienden a protegerse distorsionando el proceso de comunicación y por lo tanto dificultan su propia habilidad de comprender.
Estas barreras afectan tanto a quién prepara y emite el mensaje, como a quién lo recibe e interpreta.
Sin embargo, estas barreras se pueden eliminar o disminuir utilizando las palabras que tengan significado preciso, enviando mensajes completos y sin ambigüedades, y prestando atención a los modelos mentales del interlocutor.
Algo a tener en cuenta en el proceso de comunicación, es que cuando la comunicación está incompleta, si no provee un significado claro para quien la recibe, su mente la va a intentar completar imaginando las partes faltantes.
Esto es porque cualquier cosa incompleta crea ansiedad en la mente de las personas, de manera que, en silencio, las personas completan lo que falta para dar un sentido claro de lo que se ve, oye, toca, gusta y huele.
En resumen, decimos que “escuchamos lo que queremos escuchar”, ya que seleccionamos el mensaje y lo filtramos para que se adapte a nuestras expectativas e intereses.
Por eso, como Directores de Proyectos, donde las comunicaciones representan un factor clave de éxito, debemos prestar especial atención a la forma que emitimos y recibimos la información.
Una herramienta que nos puede ayudar a disminuir el efecto de las barreras de la comunicación es la retroalimentación.